Razones para sustituir la bañera por un plato de ducha
Ya ni te acuerdas de la última vez que tomaste un baño… o los niños ya son mayores y no la usas, así que la bañera se ha terminado por convertir casi en un obstáculo. Entonces ha llegado el momento quizá de sustituirla por un plato de ducha, reforma cada vez más popular, además de sencilla, rápida y económica. Pero, ¿qué supone a efectos de nuestra vida cotidiana? ¿Cuánto tiempo de obra se requiere? ¿Qué presupuesto debemos tener? Te aclaramos éstas y otras cuestiones prácticas con la ayuda de dos expertos.
¿Vale la pena? Cambiar la bañera por un plato de ducha es una obra relativamente sencilla, que aporta ventajas en términos de funcionalidad, confort e, incluso, sostenibilidad –la ducha ahorra agua en comparación con el baño–. Además, facilita la higiene diaria a las personas mayores, para quienes el acceso a la bañera a veces es problemático y no del todo seguro.
De bañera a plato de ducha. Algunas cuestiones a tener en cuenta
¿Únicamente la bañera? Cada vez son más los profesionales que ofrecen la posibilidad de hacer una reforma parcial en el cuarto de baño. La firma Suelos y Paredes está especializada en este tipo de obras. Su director, Demetrio Muñoz, asegura que “el cambio puede hacerse en pocas horas –siempre en función de los materiales elegidos– e, incluso, sin generar escombros”. De todas formas y, como advierte Daniel, socio y director de Reformas Madrid, “si la instalación tiene más de 30 años, lo ideal es renovar todo el tramo de desagüe hasta el bote sifónico, para evitar posibles problemas futuros”.
Materiales versátiles. Una vez eliminada la bañera y con la nueva ducha a estrenar, toca revestir esas zonas de la pared o del suelo que quedan a la vista. “Lo ideal es poner la ducha en resina, de modo que el frente del plato se haga en el mismo material. Si no, podemos por ejemplo emplear un mosaico”, dicen Reformas integrales. Sea cual sea el material empleado, continúa Díaz, “vale la pena invertir un poco más y alicatar toda la L de la ducha, para crear una zona diferenciada del resto del baño. Así, evitaremos que el cambio de la bañera por la ducha se vea como un parche”.
Para quienes busquen reducir al máximo el tiempo de instalación y la cantidad de escombros, el director de Suelos y Paredes tiene la solución: “En ese caso, nada mejor que un revestimiento vinílico en la zona afectada por la retirada de la bañera”.
Materiales como el microcemento –que puede aplicarse sobre los azulejos sin necesidad de eliminarlos– son una alternativa cada vez más empleada ya que apenas genera escombros. Además, este material en concreto puede teñirse de cualquier color y coordinarse con los revestimientos ya existentes.
El microcemento: Un material idóneo para reformas de baños.
¿Puedo colocar una ducha enrasada? Este tipo de duchas son tendencia: Pasan prácticamente desapercibidas y son muy estéticas. Sin embargo, como advierte Demetrio Muñoz, “en una reforma, rara vez se puede enrasar la ducha con el suelo, por problemas de espacio en el forjado y para evitar posibles problemas con el vecino de abajo”.
Las bañeras suelen dejar el desagüe a unos centímetros del suelo, lo que hace que el plato de ducha acabe quedando elevado frente al resto del baño. Este escalón, además de ocultar el desagüe, permite garantizar la pendiente para que éste funcione correctamente.
Duchas a ras del suelo: Todo lo que necesitas saber
¿Es necesario pedir un permiso de obras? “Según la normativa actual, para este trabajo no es necesario pedir licencia de obras, al menos no en Madrid”, apuntan desde Reformas Madrid. “Cuando requerimos un saco para los escombros, se solicita y se pagan las tasas pertinentes”.
No obstante, siempre es conveniente asegurarse de que en tu localidad no es necesario. Los profesionales adecuados sabrán resolver este tipo de dudas y, lo que es más importante, garantizar un buen trabajo. Como recuerdan desde Suelos y Paredes, “un plato de ducha que no libera agua correctamente, puede ser un problema”.